El duo canadiense nos consiente este año con su nueva placa “Another Eternity“, la cual es su segundo disco y sigue con la constante de producción increíblemente grossa, con sintes puercos y ricos de repente; etéreos y bonitos en otros ratos. Corin Roddick y Megan James nos llevan de la mano como solo Purity Ring puede hacerlo, pero que se puede atascar si se lo propone, y ¿por qué no? despertar los sentires con la voz melosa de James que personalmente no me canso de escuchar.
El disco comienza con Heartsigh, una melodía de piano de intro da paso a los samples electrónicos de batería que es la guía de toda la canción, el clásico reverb en la voz de Megan James y bueno, nada increíble la verdad. Push Pull, juro que al principio creí que estaba escuchando un Ft. con Miley Cyrus, en este caso la melodía vocal se pone firme para cargar el resto de sintes sencillos pero que quedan bien, es como la canción dominguera del disco, por así decirlo.
Y después viene el primer tema que provoca una ligera erección auditiva Repetition donde los pads se atreven a ser más presentes, eso es lo que me gusta de Purity Ring, no se tiene que llenar de instrumentos, líneas melodicas y contrapuntos para ser efectivos, solo hace falta que la voz esté en su lugar con el sinfín de efectos que le meten. Le sigue Stranger Than Earth, en la cual no pasa mucho hasta el 1:55 cuando entran los acordes y de repente todo tiene más dinamismo, incluso si le subes el tempo a ésta, bien podrías tener una buena línea de trance. Y luego, la mejor de todas a mi parecer, Begin Again, Jesús bendito que bajo tan mamón, te ahogas en él pero no hay pedo, se paga. La línea melódica apenas rebasando las tres notas y el reverb infinito más los samples de tarola todos filtrados, además de las vocales del pre-coro, una genialidad, música para coger con amor o algo. Ya para cuando los sintes de sierra del coro llegan, yo ya me he derretido tres veces.
Después de calmarme y repetir esa canción un par de veces (más de un par de veces) viene Dust Hymn, aquí los sintetizadores se han sacudido la pena totalmente y te mueven con el beat que bien podría ser usado en una canción digna de un thug life. Flood On The Floor se distingue por el ritmo de la voz y los pequeños samples de una sola vocal, para el precoro la voz se torna un poco más poppy pero que no termina de sonar pop gracias a los acordes gigantezcos, para después volver pero ahora con un pad que le añade un rico toque de tensión. Stillness in Woe, tranquila pero llegadora, el autotunazo le da un buen toque junto con la melodía de nuevo sencilla del coro, un buen cierre para el LP.
Al final, Another Eternity es un festival de sintes gigantes y una producción súper abierta cargada de reverbs y estructura sencilla pero que no es para menos de menor calidad, la voz de Megan James es impecable como debería de esperarse, la tesitura dulce de la chica combinada con la instrumentación que fluctúa entre melosa y agresiva en ningún momento crea disonancia. No sabría decir para qué humor estaría bien escuchar este disco, pero sí diría que lo hagan. No es lo más increíble que escucharán este año pero esas seis o siete canciones que están buenas realmente son buenas, el restó está simplemente bien. Para ser febrero, el año musical nos está tratando bien.
