Con boleto en mano y con grandes ansias llegaba la gente al Teatro Estudio Cavaret, lugar en el que ayer se derramaron grandes emociones, gritos y donde la música bañó a todo el público presente. Como afortunadamente se esperaba, el lugar empezó a llenarse con el tiempo, y los asistentes saboreaban su cerveza a la espera de la aparición de los australianos.
Dorotheo empezó a ambientar la noche con una buena presentación, dándose a conocer al público tapatío. Después la psicodelia se elevó dos rayitas más cuando Antoine Reverb se paró en el escenario. Una de las bandas con más promesa de la escena musical tapatía presentó canciones de su último disco “Everything is a Foreign Language to Me” y fue muy bueno para los que los pudimos ver por primera vez en vivo, y fueron una buena carta de presentación para todo aquel que no los había escuchado antes.
Entonces empezó la espera que a muchos se les hizo interminable, que empezó a poner a todos muy ansiosos, hasta que alrededor de las 11:30 salieron al escenario los de Perth y fueron recibidos con muchos gritos y emoción. Empezaron saludando a los presentes con un intro que anunciaba psicodelia pura para después abrir el concierto con Solicitude is Bliss ante un Cavaret lleno.
Apocalypse Dreams fue la segunda canción que tocaron, y la primera de su último multi-aclamado álbum, Lonerism. Be Above It, Endors Toi y Music to Walk Home By siguieron con la tónica psicodélica del album. Entonces hicieron una pausa para que Kevin Parker hablara por primera vez y agradeciera al público presente, en su primera visita a Guadalajara; y enseguida su grito de guerra: “This song is called Elephant” y la gente gritó y brincó al ritmo de una de las más esperadas de la noche, que tuvo un final largo y bastante experimental.
El tiempo pasaba y las canciones siguieron sonando: Why Won’t You Make Up Your Mind?, Feels Like We Only Go Backwards, Mind Mischief, Alter Ego para finalizar con Half Full Glass of Wine, la canción icónica de su primer EP. En algunas de ellas pudimos escuchar un final lleno de improvisaciones dementes con los sintetizadores. Pero faltaba algo y a base de aplausos del público regresaron al escenario con sarapes, con la verde y con la del rebaño sagrado (el que sabe, sabe) a despedirse con Nothing That Has Happened So Far Has Been Anything We Could Control.
Fue un show cumplidor que a muchos les encantó, y que a otros solo les gustó. Pero alegra ver que cada vez se pueden ver más y más bandas de este calibre en Guadalajara, y que la gente responde a la buena música.
