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Después de ver cómo ponían a saltar a cerca de 60mil personas en el Festival Corona Capital el año pasado, este evento era sin duda uno de los más esperados y que más expectativas levantaba entre el público tapatío.
El regreso de los californianos a México se confirmó desde finales del año pasado y seguro la espera valió la pena para todos los fans que se dieron una vuelta por el Teatro Estudio Cavaret para ver su espectáculo.
El bailongo empezó alrededor de las 8:30 cuando The Oaths, el talento de casa invitado a abrir el concierto, subió al escenario frente a un Cavaret al 70% de capacidad. La gente los recibió muy bien, incluso algunos cantando Overhead, uno de los temas más conocidos de los tapatíos. La gente disfrutaba mucho.
Después de eso, los asistentes esperaron pacientes a la espera de la presentación estelar. El grupo de Los Angeles comenzó alrededor de las 9:15 cuando sonando L-O-V-E de Nat King Cole, hicieron su entrada al escenario frente a un público que ya había a-ba-rro-ta-do el lugar y que se desvivió gritándoles emocionados; llegaron pisando fuerte e iniciando con Kangaroo Court, una de sus canciones más conocidas, la gente los acompañó a cantar.
Se notó desde primera instancia la gran energía con la que su show estaba cargado, con una trompeta que seducía su sonido, beats que entraban hasta los huesos y las voces de Ryan Merchant y Sebu Simonian que constantemente animaban a todos. El Cavaret se convirtió en una pista de baile masiva que no paraba ni frente al incesante calor y que acompañaba las canciones que interpretaban, entre las que metieron un cover a Stay Alive de los Bee Gees y nos regresaron a 1977. Otro de los covers que interpretaron fue ‘Nothing Compares 2 U’, original de Prince.
Cabe destacar que el público hizo lo suyo, por algo las bandas aman venir a nuestro país, pues por muy pequeño que sea el estimulo del artista hacia la gente, nosotros les regresamos nuestra mejor actitud, nuestros mejores pasos y nuestros mejores gritos. Prácticamente todo el concierto estuvo en un punto altísimo de intensidad.
Rumbo al final tocaron “I Sold My Bed, But Not My Stereo” preparando a todos para escuchar el que ya se convirtió en todo un himno, “Safe and Sound”, con la que TODO EL PÚBLICO saltó levantando las manos. Literal el lugar temblaba con tantos fans emocionados que se quitaron la playera cuando Sebu Simonian les pidió que lo hicieran. La intensidad fue la misma con el remix de Safe and Sound que sonó al final hasta que se despidieron y salieran caminando, dejando a todos los presentes muy enfiestados. Las reacciones al final parecieron ser todas buenas, y estoy seguro de que el fanatismo de los asistentes quedó saciado por completo.
Texto: @BetoCurie / Fotos: @cubzz_
