Presentado por: Mousiké, United-EA y Urbnst.
Texto por @Friedmanni
He pensado desde hace años que describir un concierto es cómo diría Dr. Manhattan -Tan rico para el intelecto como una fotografía de oxígeno para alguien que se ahoga-. Aún así, haré mi mejor intento.
La primera vez que iba al Teatro Estudio Cavaret no me pudo dar una mejor experiencia. Todo inició tal cual estaba establecido, a las ocho tocó Merrick, a las nueve tocó el maestro de cantar gimiendo: El James. Llegué temprano para buscar un lugar adecuado donde escuchar al productor que hasta hace medio año no conocía, pero que su música tocó fibras sensibles que obligaban a escuchar como dios manda a su talento multi-sintetizadores. Yo estaba encantado.
Llegaron las ocho y subió Merrick al escenario con una pieza instrumental, así, sin decir una palabra llegaron para realizar su trabajo, una banda tapatía que cumplió con lo necesario para impresionar a quienes no los habían escuchado, riffs post rock y una batería en ratos endemoniada y en momentos tranquila, los cuales se presentaron y engancharon a más de uno, yo incluido por supuesto. Los tipos pavimentaron el camino, preparando a los asistentes a escuchar al productor de tierras inglesas. Mejor banda para abrir no pudieron haber escogido.
Pasadas las nueve se detuvieron las bocinas ambientadoras para dejar entrar al trio de músicos. Iniciaron con I Never Learnt To Share, una de mis piezas favoritas, porque su hermano y su hermana no le hablan, claro está. Creó la ambientación que ya conocemos con sus múltiples armonías vocales acompañadas de sintetizadores melancólicos, abriendo paso al bombo continuo que eventualmente repetiría la misma frase hasta el supuesto cansancio, mismo que no llega ya que sabe exactamente qué meter en el momento adecuado. La audiencia no dejaba de gritar -molestamente-. But I don’t Blame Them.
Se presentó cordialmente y siguió con una mezcla entre Life Around Here y Come Thru, muy bien realizadas ya que tenía a un equipo de dos músicos que no fallaban una sola nota o golpe. Siguió con To The Last para bajar el ritmo y dejar saber que lo que pasaría por la siguiente hora y media sería un medley de emociones mixtas. Sí que cumplió.
Estando hasta el frente, se podía apreciar cada que cualquiera de los tres músicos presionaba un pedal o efecto, el momento en que el baterista accionaba los samples asignados por el buen trabajo del ingeniero de mezcla, lo cual fue gratificante. Dado el hecho que muchos músicos en realidad no tocan en vivo -experiencia poco grata con Jupiter- fue bastante sorprende la ejecución de todos. En fin, llegó el momento de CMYK, en la cual soltó el sample vocal sin temor a dios, destruyendo a la audiencia (o digo eso porque a mí me dejó tumbado) y mostrando que sus músicos y él no solo venían a tocar un par de acordes, sino a mostrar una habilidad digna de ser reconocida. Overgrown y Oversold trajeron calma. Asumo que no querían emocionar de más a los oyentes, eso vendría luego.
Terminando el doblete empezó Digital Lion, ese león digital que me volvió a llevar a lugares solo imaginables para quien estuvo ahí.
He de decir que me mató ver cómo utilizaba los sampleos en combinación con la voz. Bastante inteligente. En Our Love Comes Back y Case of You la flojera me ganó y puse poca atención. Me encantó que a pesar de mi aburrimiento en ese par de canciones, volteaba hacia el baterista y decía -Que buen ritmo lleva- y de repente escuchaba una guitarra y mi mirada se centraba en el guitarrista y decía -Que buen acompañamiento está haciendo- Disfrute sin interrupciones.
Y entonces tocaronVoyeur, donde la perversidad se hizo presente y prendió a la mayoría en el momento en que decidió atascarse. Sinceramente, se veía que disfrutaba tocarla, ya que su cuerpo y piernas, al igual que su rostro, demostraban que esperaba que llegara el momento de tocarla. Para Retrograde, el público ya se mostraba pleno, listo para escuchar algo completamente conocido. Sus gemidos llenaron el espacio cerrado del Cavaret y yo no hacía más que escuchar. Pudo haber terminado ahí y hubiera estado satisfecho.
Después de presentar a sus dos músicos, el fin era inminente. Sin sorpresas, la gente pidió más y James Blake regresó solo para entregar un final que difícilmente veremos en otro show. Regresó solo y pidió cero ruido para loopear su voz una vez, mientras el público pedía silencio para los que se negaban a callarse, él seguía sampleando cerca de entre cuatro y cinco voces que armonizaban perfecto con la primera, para llegar a un loop final que cerró todo. Se despidió dando gracias mientras el loop seguía sonando y se fue. Perfecto ending.