FORMAS EN QUE TU GUSTO MUSICAL YA ESTÁ PROGRAMADO

omg what is dis

La semana pasada leí un artículo que decía “Lo que tus gustos musicales dicen de ti” el cual tenía afirmaciones como -Si te gusta el hip hop o la electrónica, es muy probable que seas un usuario constante de drogas o que hayas cometido algún crimen- Vaya, un simio autista tendría mayor razonamiento que eso. Pero, ya sea que gustes de un folk tranquilo o un electro perverso y sucio, existen ciertas curiosidades teóricas sobre como nuestro gusto musical se programa en el cerebro -incluso si son junkies aferrados o criminales-.

Por suerte, ya podemos conocer cómo es que funciona nuestro cerebro al exponerlo a música, un ejemplo de esto es saber el porqué una canción poderosa te saca los chills rastreando cómo está configurado tu hardware mental, entre otras cosas. Por ejemplo:

#5. Tu preferencia musical estará dominada por tu adolescencia.

Esto quiere decir que cuando seas viejo, escucharás con mayor aprecio todo aquello que te llevaba a lugares cuando tu cuerpo estaba cambiando, las emociones eran más duras, al igual que tu identificación con la música, además que tus amigos escuchaban lo mismo que tú y eso creaba una conexión.

El interés musical, según estudios, tiene un pico en los 20’s y se desvanece a partir de los 30 años o cuando el usuario contrae matrimonio -la desgracia que ocurra primero- ya que tiene otras prioridades y se estanca en lo que conocía hasta entonces. Invariablemente, llegará un momento donde pensarás que todo lo que suena es horrible y “no como lo que escuchabas antes”. Que alguien nos libre de ese momento.

#4.- Mayor variedad de música durante la infancia=Gusto flexible

No significa que solo la música que te ponían para calmarte mientras pataleabas en la cuna es factor. Significa que, durante los primeros años, si escuchabas seguido la música que venía incluida mientras veías tus programas o la que gustaba a tus padres , tu cerebro realizaba una conexión que ligaba tus sentimientos con el disfrute de esa música. A mayor variedad de géneros, tu mente se acostumbraba a adoptar lo nuevo como propio rápidamente. Cualquier cosa fuera de ese rango se escucharía raro o mal hecho para ti. Partiendo de ese núcleo que formaste evolucionarían tus gustos.

Curiosamente, no son solo son los géneros lo único que tiene un impacto en la criatura, también la velocidad de la pieza. Por ejemplo, si el bebé se siente motivado por alguna canción que pudieras considerar rápida, éste tendrá cierto interés por los bpm acelerados, y viceversa. Bebés, pequeños critters interesantes.

Personalmente no comparto este punto tanto como quisiera, mi primer cassette fue uno de Topo Gigio, seguido de otros bodrios y resulté bien.  Hasta donde yo sé, al menos.

#3.- Hombres y mujeres ponemos atención a cosas distintas

Incluso si ambos contamos con los mismos niveles de inteligencia, nuestros cerebros están cableados de forma distinta. Lo mismo aplica para la música.

Las mujeres tienen mayor facilidad para el reconocimiento de objetos, el enfatizar y la comunicación verbal y no verbal, lo que hace que sea más fácil para ellas acceder a la parte emocional de una canción, o apreciar de forma precisa una melodía o armonía, incluso preferir algo por la letra de esta o lo que “te dice” la canción, en caso de ser instrumental.

Los hombres son propensos a tener un gusto particular para seguir objetos en movimiento. La música es un “arte en movimiento”. Es básicamente el seguimiento de beats -“objetos en movimiento“- ya que se mueven a través del tiempo. Al igual que cuentan con una facilidad para el reconocimiento espacial, lo que indica que el hemisferio derecho (responsable del reconocimiento espacial y el procesamiento de armonía y pitch) podría ser el encargado de tomar la armonía como un elemento espacial del sonido.

En pocas palabras, las mujeres podrían estar inclinadas al aspecto emocional y comunicativo de la música, mientras que los hombres se concentran más en la instrumentación y la parte rítmica.

#2.- Tu círculo social es factor sobre el gusto

Ningún secreto, los pequeños homínidos de hace millones de años no hubieran podido sobrevivir a la sabana Africana de no ser porque permanecieron juntos ¿Por cuál mecanismo lograban mantener la cohesión del grupo a falta de lenguaje? La música y los sonidos parecen una buena opción.

Existe mucha evidencia que indica que la música y la danza en grupo sirven como mecanismos de unión, formas de intensificar la solidaridad de grupo y coordinar la excitación de emociones.

Desde que el humano adquirió la adaptación musical, la única forma de escuchar música era en grupo -usualmente más de dos personas.  La posibilidad de escuchar música en soledad no estaba sobre la mesa hasta finales del siglo XIX.

Por lo que no sorprende que -por lo menos al principio- la fuente más confiable de música eran tus amigos, puede que lo siga siendo, o tal vez y en algún momento intentaste que te gustara algo por presión social y lo lograste, en mi caso, intentar que te agrade algo que sabes que gusta entre los que saben y fallar sin problemas. Replicación cultural abortada para mí.

#1.- Tu cerebro es adicto a la música

A pesar de lo magnífico que puede ser el contenido de tu cerebro, el órgano en sí es, en su nivel más básico, un drogadicto. Cada vez que realizas algo bueno, el órgano se inyecta una dosis de dopamina, esto funciona como una recompensa, de forma que cada que escuchas una canción increíble, el cerebro se da más y más, pero no es suficiente escuchar solo una canción que nos hunda en el sillón ¿O sí? Eso es lo que te anima a escuchar música.

La relación con el gusto entra en el momento en que tu humor se añade a la ecuación. Una canción puede influir en tu humor a la vez que éste puede influir en tu opinión sobre determinada música.  El condicionamiento puede ser tan duro, que de gustarte, el cerebro buscará música similar para inducirse un estado en particular.

Un punto interesante, es que tú no escoges el estímulo asignado a la canción, tu cerebro selecciona imágenes,sentimientos, memorias o asociaciones de personas, las cuales puede que no han pasado por tu cabeza en años y los imprime ahí, listo para detonar cuando ocurra la casualidad. Cualquier cosa que te dé escalofríos o te saque el sentimiento vale.

Texto @Friedmanni / Ilustración: Sam Z.

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